Stockholms Dagblad - En Sofía o Belgrado, el exilio forzado de los equipos israelíes en la Euroliga

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En Sofía o Belgrado, el exilio forzado de los equipos israelíes en la Euroliga
En Sofía o Belgrado, el exilio forzado de los equipos israelíes en la Euroliga / Foto: Nikolay Doychinov - AFP

En Sofía o Belgrado, el exilio forzado de los equipos israelíes en la Euroliga

Un derbi de Tel Aviv celebrado a más de 1.500 km de la ciudad israelí, en Bulgaria. Desde hace dos años, Sofía y Belgrado, en Serbia, se han convertido en la "segunda casa" de los clubes israelíes de la Euroliga de básquetbol.

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El pasado 8 de octubre, el Maccabi Tel Aviv, uno de los clubes más prestigiosos del básquet europeo (con seis títulos continentales, el último en 2014) visitó a su rival, el Hapoel, en la tercera jornada de la Euroliga, pero no en Israel, sino en el Arena Sofía de la capital búlgara, con un ambiente muy diferente al que podría haberse vivido en la segunda ciudad israelí.

"En Tel Aviv seríamos 10.000 (espectadores), pero mil aquí ya está bien", explicó Shaul, seguidor de 62 años del equipo de básquet Hapoel Tel Aviv que ya ha viajado a la capital búlgara "siete u ocho veces" para apoyar a su equipo.

En octubre de 2023 los accionistas de la Euroliga impusieron a los clubes israelíes jugar sus partidos internacionales en un terreno más seguro debido a la guerra entre Israel y Hamás.

El Maccabi, uno de los 13 clubes accionistas de la competición y con derecho a participación fija, se ha establecido desde hace año y medio en Belgrado.

"Dadas las circunstancias, después de Tel Aviv, Belgrado es nuestro segundo hogar", afirma a la AFP Roey Gladstone, director de comunicación del Maccabi, sin ocultar su pesar por esta expatriación forzada.

- Vínculos estrechos -

Un exilio al que los jugadores, sus familias y los seguidores intentan adaptarse lo mejor posible, alabando la acogida que les brindan las autoridades y la población local.

"El club se ocupa de nosotros. Vivimos muy bien. Sofía es más tranquila que Estambul", explica Janelle Bryant, esposa del base del Hapoel Elijah Bryant, quien jugó cuatro temporadas en el Adadolu Efes turco.

La familia Bryant ya ha hecho amigos búlgaros, entre ellos Nikolay, sentado unas filas más allá.

Este último recuerda con diversión su primer encuentro con Elijah Bryant en una de las canchas de su residencia: "Entendí muy rápido que era bueno. Cuando le pregunté si había jugado antes, se rió y me dijo que era campeón de la NBA con los Milwaukee Bucks".

Si bien Bulgaria reconoció el Estado de Palestina en 1988, al igual que otros países del bloque comunista, presume también de tener buenas relaciones con Israel, siendo uno de sus aliados más cercanos dentro de la Unión Europea.

Estos vínculos estrechos se deben en gran parte a la emigración de más de 40.000 judíos búlgaros después de 1945, es decir, cerca del 90% de esta comunidad, a Israel, donde participaron ampliamente en la construcción del nuevo Estado.

En cuanto a Serbia, el mes pasado el jefe de la diplomacia israelí la calificó como un "lugar seguro para los judíos y los israelíes".

El exjugador de baloncesto búlgaro Georgi Glouchkov, quien fue el primero del antiguo bloque del Este en jugar en la NBA, se alegra de la presencia de los equipos israelíes.

"Es una gran oportunidad para que los niños búlgaros sueñen. Esto hace crecer el deporte", se entusiasma el exjugador, cuya presencia muestra que la elección de Sofía y Belgrado también se debe a los fuertes vínculos personales desarrollados entre antiguos jugadores y entrenadores de ambos países.

Los 12.000 asientos del Arena Sofía están lejos de estar todos ocupados y los jugadores extrañan el ambiente de los partidos en casa. En la grada del Maccabi, en particular, las filas están casi vacías, ocupadas principalmente por las parejas y los hijos de los jugadores que corren entre los asientos.

Pero "se siente el amor de los fans" que lograron hacer el viaje, se alegra el base del Hapoel Chris Jones ante la AFP.

- Recogimiento -

"Es extraño animar a tu equipo en el extranjero. También es caro, pero aquí estamos", dice Shaul (62 años), que forma parte del millar de seguidores del Hapoel que se han desplazado en avión desde su país.

Itay, de 22 años, otro fan del Hapoel, afirma que "es un honor mostrar Israel a través del baloncesto, en todo el mundo, incluso aquí en Bulgaria".

Los espectadores israelíes también comparten un momento de recogimiento con sus anfitriones, durante un minuto de silencio en memoria de las víctimas del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.

"Cuando tu país está en guerra, piensas en tu familia", dice Roey Gladstone, destacando que en el momento en que los jugadores "entran a la cancha, nuestras familias se van a poner a salvo" en su país.

Después de dos horas de juego, el Hapoel cae (90-103) frente a su eterno rival. Los seguidores están decepcionados, pero mantienen la esperanza de que el próximo partido se juegue en Israel.

Pese al acuerdo de alto el fuego que entró en vigor el 10 de octubre, "el regreso a la organización de partidos en Israel solo se considerará una vez que la situación se haya normalizado", señaló la Euroliga a la AFP.

G.Svensson--StDgbl